TÍTULO DE LA PELÍCULA 2: CINEMA PARAÍSO.
HORA: 2 Y 45 DE LA TARDE
LUGAR: SALA DE AUDIOVISUALES INSTITUCIÓN EDUCATIVA.
SINOPSIS:
Durante la década de 1980 en Roma, Italia, el famoso director de cine italiano Salvatore Di Vita(Jacques Perrin) vuelve a casa tarde una noche, donde su novia dormida le dice que su madre lo llamó para decirle que alguien llamado Alfredo (Philippe Noiret) ha muerto. Está claro que Salvatore tiende a alejarse de las relaciones comprometidas y que no ha vuelto a su pueblo natal de Giancaldo, Sicilia, en 30 años. Cuando ella le pregunta quién es Alfredo, Salvatore empieza a recordar su infancia.
La mayor parte de la película tiene lugar en esta retrospectiva, que tiene lugar poco después de laSegunda Guerra Mundial a finales de la década de 1940. Nos encontramos con Salvatore, el hijo travieso, muy inteligente, de una viuda de guerra. Con seis años de edad, Salvatore, conocido comoTotó, descubre su amor por las primeras películas y pasa cada momento libre en el cine localCinema Paradiso, donde desarrolla una amistad con el paternal proyeccionista, Alfredo, que siente compasión por el joven y a menudo le permite ver películas en la cabina de proyección. En las escenas de varias de las películas que se muestran, hay frecuentes abucheos de la audiencia, durante la "censura" de secciones. Las películas de repente saltan, eludiendo las escenas besos o abrazos. El sacerdote local ha ordenado que estas secciones se recorten. Alfredo guarda estas secciones en su cabina. Al principio, Alfredo ve a Totó como una molestia, pero al final le enseña a Salvatore cómo proyectar películas. El montaje termina cuando el cine se incendia, ya que la película en aquellos días era de nitrocelulosa altamente inflamable. Salvatore salva la vida de Alfredo, pero no antes de que los rollos de película exploten en la cara de Alfredo, dejándolo permanentemente ciego. El Cinema Paradiso es reconstruido por un ciudadano de la ciudad, Ciccio, que invierte sus ganancias en la lotería de fútbol en el mismo. Salvatore, aunque todavía un niño, es contratado para ser el nuevo proyectista, ya que es el único en la ciudad que puede hacer funcionar las máquinas.
La película salta bruscamente hacia adelante una década o más. Salvatore, ahora en la escuela secundaria, sigue siendo el proyeccionista en el Cine Paradiso. Su relación con el ciego Alfredo sólo se ha fortalecido, y Salvatore a menudo busca su consejo; consejo que a menudo dispensa Alfredo citando a películas clásicas. También vemos que Salvatore ha comenzado a experimentar con el cine con una cámara de cine en casa, y conoce y filma a una nueva chica, Elena, hija de un rico banquero. Vemos a Salvatore atraer -y ganar- el corazón de Elena, sólo para perderla debido a la desaprobación de su padre. Como Elena y su familia se mudan, Salvatore se va de la ciudad para servir en el servicio militar obligatorio. Sus intentos de escribir y mantener el contacto son Elena son infructuosos, sus cartas siempre se las devuelven como no entregadas. A su regreso del servicio, Alfredo sugiere a Salvatore irse permanentemente, diciendo que el pueblo es demasiado pequeño para que Salvatore cumpla sus sueños. Por otra parte, el anciano le dice que una vez que se vaya, él debe seguir su destino de todo corazón y nunca mirar hacia atrás y no volver nunca; nunca volver a visitarlo, para no ceder a la nostalgia, no escribir o incluso pensar en ellos.
De vuelta al presente, entendemos que Salvatore ha obedecido a Alfredo, pero ahora vuelve a casa por primera vez desde que se fue para asistir al funeral. A pesar de que su ciudad natal ha cambiado mucho, ahora comprende por qué Alfredo pensó que era tan importante que él fuera. La viuda de Alfredo le dice que el viejo habia seguido los éxitos de Salvatore con total orgullo y le ha dejado algo: un carrete de película sin etiqueta y un pequeño banco que Salvatore usaba para poder hacer funcionar el proyector. Salvatore llega a conocer durante su estancia de corta duración, que el edificio del Cinema Paradiso va a ser demolido para dar paso a un nuevo aparcamiento de la ciudad. En la demolición, reconoce muchas de las personas con las que él había convivido en su juventud como proyeccionista en el cine.
Salvatore regresa a Roma. En este momento de la liberación del carrete de 123 minutos, observa y descubre que se trata de un montaje muy especial. Es de todas las escenas de besos que el sacerdote ordenó que se corte de las bobinas. Alfredo ha empalmado todas las secuencias entre sí para formar una sola película. Por último, parece que Salvatore ha hecho las paces con su pasado.
POSTER DE LA PELÍCULA: TRAILER DE LA PELÍCULA:
Cinema Paradiso (1989) de Giuseppe Tornatore - Crítica
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Conmovedora y profunda película de Giuseppe Tornatore, una de las más destacadas de la carrera del director italiano que incluye otros títulos interesantes como "Pura formalidad" (1994), "El hombre de las estrellas" (1995), o "Malena" (2001). En "Cinema Paradiso (Nuovo Cinema Paradiso)", Tornatore relata la historia de la relación de amistad que se establece entre Totò, un niño huérfano en un pequeño pueblo de Sicilia en la Italia de la posguerra, y Alfredo, el proyeccionista del cine del pueblo; el cine Paraíso.
A través de esta historia, el director aborda las diferentes etapas de la vida de Totò desde su infancia hasta su madurez, en la que ya convertido en un director de cine reconocido, recibe la noticia de la muerte de Alfredo. El relato de esta relación lleva a abordar la naturaleza de algunos elementos constitutivos de la existencia humana como la amistad, el amor, la identidad, el paso del tiempo, la memoria o la muerte.
La historia comienza cuando Salvatore, un director de cine en la Roma de finales de los años setenta, recibe la noticia de una llamada de su madre desde su pueblo natal de Giancaldo, en Sicilia, al que no ha regresado en más de treinta años. Cuando escucha que el motivo de la llamada de su madre es la muerte de Alfredo su gesto se descompone y su memoria le lleva a finales de los anos cuarenta, en la Sicilia de la posguerra y su infancia en Giancaldo.
La historia se divide así en tres partes diferenciadas abarcando la niñez, primera juventud y madurez del personaje de Salvatore. Las dos primeras son realmente la base constitutiva de la historia y donde se relata la relación entre Totò y Alfredo en Giancaldo en los años de niñez y primera juventud de Totò. La tercera sirve esencialmente para apoyar el desenlace de la historia, narrando el regreso de Totò, ya convertido en Salvatore, a Giancaldo para el funeral de Alfredo.
La mayor parte de la historia se narra por tanto en retrospectiva, a modo de flash-back en el que Salvatore rememora los principales episodios de su amistad con Alfredo desde que siendo niño y huérfano, comienza su relación con el proyeccionista y su pasión por el cine. Ya en su adolescencia, la figura de Alfredo se convierte en la de guía y mentor para Totò, no solo en el aprendizaje del oficio de proyeccionista sino también respecto al amor y la vida.
Finalmente, es Alfredo quién impulsa a Totò a abandonar Giancaldo y empezar una nueva vida que culminara con el logro de su sueño de convertirse en cineasta. En la recreación de la partida y el viaje abandonando sus orígenes para comenzar una nueva vida, la historia recuerda a otras películas italianas situadas en el mismo periodo como "I Vitelloni" (1953).
La película destaca especialmente por el carácter universal de los temas abordados como la amistad, el amor, el paso del tiempo, la muerte o el recuerdo. Y lo hace sin caer en lo convencional ni los estereotipos.
En el tratamiento de los principales temas de la historia (la muerte de Alfredo; el regreso de Salvatore a Giancaldo; la amistad entre Toto y Alfredo; el amor del joven Salvatore hacia Elena; o la pasión de los habitantes del pueblo por el cine), los personajes y sus relaciones aparecen de manera natural y sincera, y el espectador se identifica con ellos desde el primer momento. Junto a esta base temática de carácter universal, la película evoca igualmente muchos aspectos relativos a la realidad específicamente italiana de dicho periodo. Entre ellos cabe destacar: la recreación de la vida en un pequeño pueblo siciliano; la infancia, el papel de la iglesia, la censura y la escuela en la Italia de la posguerra, que recuerda a escenas de "Amarcord" (1973) de Federico Fellini; los comienzos de la inmigración hacia Alemania; la transferencia de poder de la Iglesia a poderes políticos y económicos; o la desaparición de toda una época de la historia del cine en Italia con la demolición del cinema paradiso, que recuerdan similar planteamiento en películas como "Splendor" (1988) de Ettore Scola.
La película es igualmente un homenaje al cine y sus estrellas. Varias escenas que muestran a los habitantes de Giancaldo asistiendo a las proyecciones resultan simplemente memorables, mostrando no sólo la experiencia de ver películas en los habitantes de la Sicilia rural en los años cincuenta, sino el impacto que el cine, sus historias y sus estrellas tuvo en la sociedad y sus costumbres.
La película esta repleta de referencias a grandes películas, desde "La diligencia" (1939) a "El jeque Blanco" (1953), y figuras de la historia del cine como Charles Chaplin, Buster Keaton, Clark Gable, Henry Fonda, John Wayne, Jimmy Stewart, Brigitte Bardot o Marilyn Monroe, por citar algunos de los que aparecen mencionados o retratados en la película.
Respecto a las interpretaciones, cabe destacar a Philippe Noiret, excelente actor, que en su papel de Alfredo consigue con su aspecto cálido y su carácter próximo transmitir una sencillez y serenidad esenciales para la historia.
Evoca la figura no solo paterna para el Totò niño, sino también de guía y mentor para el joven Salvatore, y de conciencia y memoria para el Salvatore adulto. En su función de personaje de motor y referente en la transformación de la identidad de otra persona, y con el paisaje del mediterráneo al fondo, recuerda a su interpretación de Pablo Neruda en "El Cartero" (1994). Como señalado anteriormente, el papel de Totò es interpretado por tres actores diferentes correspondientes a la infancia (Salvatore Cascio), juventud (Marco Leonardi), y madurez (Jacques Perrin) del personaje. Las tres interpretaciones cumplen su cometido y permiten hacer verosímil la continuidad en la historia, aunque, como suele ser el caso, es especialmente emotiva la interpretación de Salvatore Cascio como Toto niño y que evoca otros personajes infantiles de películas del neorrealismo italiano como el papel de Bruno (Enzo Staiola) en la película de Vitorio de Sica, "Ladrón de Bicicletas" (1948), o el de Edmund (Edmund Köhler) en "Germania Año Cero" (1947) de Roberto Rossellini.
Destaca igualmente la música de Ennio Moricone que recrea de manera excelente la atmósfera de emotividad y nostalgia de la historia. Finalmente cabe señalar que Cinema Paradiso recibió merecidamente múltiples premios y reconocimientos, entre ellos el Óscar y el Globo de oro a la mejor película extranjera.
En definitiva, una conmovedora historia sobre la naturaleza de la existencia humana en sus diferentes etapas desde la infancia y la adolescencia hasta la madurez, y una reflexión sobre algunos de sus elementos constitutivos como la amistad, el amor, la identidad, el paso del tiempo, la memoria o la muerte.
Todo esto con el cine como principio y final, y con varias décadas de la historia de Italia como trasfondo. Una película inolvidable que, como toda obra maestra, difícilmente dejará indiferente al espectador.
Tomás Soria
No está a la altura la interpretación del joven Salvatore que realiza Marco Leonardi (“Como agua para chocolate”), pues no resulta tan interesante como el Salvatore maduro, o tan despierto y curioso como el pequeño Totó. Pese a todo la interpretación funciona, tal vez porque Leonardi aparece arropado por un elenco de buenos secundarios representando a los variopintos personajes del pueblo.
La gente llora, ríe, crece, tiene sexo, se alimenta, se relaciona, se grita en la sala del Cinema Paradiso - qué ambiente tan diferente al que se respira en algunas salas de cine actuales, que rezuman “intelectualidad” por los cuatro costados...
Conforme pasan los años vemos cómo se desarrolla la vida en el pueblo a través del cine, así como el cambio en el cine mismo a través de la selección de Tornatore de películas reales que son proyectadas en la ficción del film.
Claro, hay una historia de amor en la película (entre Salvatore y la joven Elena), pero el verdadero “idilio” es el que se da entre el protagonista y el Cine, con mayúscula y con todo lo que supone. Tributo sentimental de Tornatore, y por qué no, cursi, pero con una cursilería paradójicamente tan genuina que hasta al espectador más duro, a poco que le guste el cine, se le saltará alguna que otra lágrima.
¿Cómo olvidar la mítica escena en que el maduro y consagrado Salvatore asiste, en un patio de butacas vacío, a la proyección de todos los besos eliminados del metraje por la censura, que Alfredo (Noiret) ha guardado cuidadosamente y montado para él, a modo de regalo póstumo? Después de tantas y tantas películas que nos muestran el lado más frívolo y “real” de la industria del cine, ¡los románticos tenemos derecho a una película como esta, aunque algunos la acusen de sensiblona!
Por último destacaremos la banda sonora, ni más ni menos que de Ennio Morricone (con la colaboración de Andrea Morricone), que seguro le será familiar a más de uno, incluso si no ha visto la película.
Giuseppe Tornatore conjugó los sueños de todo cinéfilo, vivir en una fábula donde cada caída signifique un levantamiento más fuerte, donde se puede jugar con el tiempo, con la tristeza y con la alegría, un mundo al cual tan solo podemos observar y añorar.
Magnificas interpretaciones de los tres Salvatore, el adulto, el joven y el niño; con especial mención de los dos últimos, quienes sencillamente se roban la película con el carisma que impregnaron a las andanzas del personaje central; también tenemos el privilegio de contar con Philippe Noiret , quien brinda una encarnación sencillamente magistral como el bondadoso operador del cinematógrafo.
La partitura de Ennio Morricone jamás defrauda, al igual que la hermosa fotografía de Blasco Giurato y por sobre todas las cosas cabe admirar el magnifico trabajo de Tornatore tanto en el guión como en la dirección de esta bella cinta que ya forma parte del salón de honor del séptimo arte, un trabajo al cual no le falta nada, una obra maestra contemporánea.
"Cinema Paradiso" cuenta además entre sus mejores logros con uno de los finales mas enternecedores de la historia del cine, un epílogo antológico para un cinéfilo empedernido como el que les escribe, un momento invaluable para cerrar esta hermosa y monumental película.
Pierluigi Puccini
RECUERDEN. AMEN LA VIDA DICIENDO NO A LAS DROGAS Y A LA VIOLENCIA.
"PORQUE EL CINE ES LA MEJOR OPCIÓN PARA COMPARTIR".
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En este blogger podrán encontrar todo lo relacionado con las ultimas producciones cinematográficas a nivel mundial. acompañado de póster, trailer y fichas técnicas
lunes, 22 de octubre de 2012
PRIMERA FUNCIÓN:
LA LEYENDA DE LAS BALLENAS.
DIRECTOR: NIKO CARO
FECHA: JUEVES 18 DE OCTUBRE DE 2012
HORA: 2 Y 45 DE LA TARDE.
LUGAR: SALA DE AUDIOVISUALES , INSTITUCIÓN EDUCATIVA SANTANDER
POSTER DE LA PELÍCULA:
FICHA TÉCNICA:
Dirección: Niki Caro.
Países: Nueva Zelanda y Alemania.
Año: 2002.
Duración: 105min.
Interpretación: Keisha Castle-Hughes (Pai), Rawiri Párateme (Koro), Vicky Haughton (Flowers), Cliff Curtis (Porourangi), Grant Roa (Rawiri), Mana Taumaunu (Hemi), Rachel House (Shilo), Taungaroa Emile (Dog), Tammy Davis (Willie), Mabel Warekawa-Butt (Maka).
Guión: Niki Caro; basadoenla novela de Witi Ihimaera.
Producción: Tim Sanders, John Barnett y Frank Hübner.
Música: Lisa Gerrard.
Fotografía: Leon Narbey.
Montaje: David Coulson.
Diseño de producción: Grant Major.
Dirección artística: Grace Mok.
Vestuario: Kristy Cameron.
Estreno en Nueva Zelanda: 30 Enero 2003.
Países: Nueva Zelanda y Alemania.
Año: 2002.
Duración: 105min.
Interpretación: Keisha Castle-Hughes (Pai), Rawiri Párateme (Koro), Vicky Haughton (Flowers), Cliff Curtis (Porourangi), Grant Roa (Rawiri), Mana Taumaunu (Hemi), Rachel House (Shilo), Taungaroa Emile (Dog), Tammy Davis (Willie), Mabel Warekawa-Butt (Maka).
Guión: Niki Caro; basadoenla novela de Witi Ihimaera.
Producción: Tim Sanders, John Barnett y Frank Hübner.
Música: Lisa Gerrard.
Fotografía: Leon Narbey.
Montaje: David Coulson.
Diseño de producción: Grant Major.
Dirección artística: Grace Mok.
Vestuario: Kristy Cameron.
Estreno en Nueva Zelanda: 30 Enero 2003.
SINOPSIS:
En una
pequeña población costera de Nueva Zelanda, los Maoríes afirman ser
descendientes de Paikea, el Jinete de Ballenas. En cada generación desde ya
hace más de 1000 años, un varón heredero del jefe le sucede en el título. Ese
momento ha llegado. El hijo mayor del jefe, Po-rourangi (Cliff Curtis), es
padre de gemelos: un niño y una niña. Sin embargo, la madre y el pequeño mueren
en el transcurso del parto. La niña superviviente recibirá por nombre Pai
(Keisha Castle-Hughes). Abatido por el dolor, su padre la abandona al cuidado
de sus abuelos. Koro (Rawiri Paratene), su abuelo y Je-fe, no la reconoce como
heredera de la tradición y la rechaza. Sin embargo, su abuela Flowers (Vicky
Haughton) ve más allá: es una niña desesperada por ser querida; y Koro, poco a
poco, aprende a quererla. Cuando el padre de Pai, Po-rourangi –ahora un artista
reconocido internacionalmente– vuelve a casa tras una ausencia de doce años,
Koro espera que todo ya haya sido resuelto y que Porourangi acepte su destino y
se convierta en su sucesor. Sin embargo, Po-rourangi no tiene la intención de
convertirse en Jefe; su larga ausencia le ha se-parado tanto física como
emocionalmente de su gente. Tras una amarga discu-sión con Koro, se va y se
lleva consigo a Pai. Ella inicia el viaje pero vuelve rá-pidamente, afirmando
que su abuelo la necesita. Cegado por los prejuicios, in-cluso Flowers no puede
convencer a Koro de que Pai es su heredera natural. El anciano Jefe está
convencido de que los problemas de su tribu empezaron en el momento en que Pai
nació y pide a su pueblo que le traigan a sus hijos de 12 años para iniciar su
entrenamiento. Koro cree que, a través de un proceso de aprendizaje de los
cantos antiguos, los ritos tribales y las técnicas guerre-ras, el futuro líder
se le revelará. Mientras, en la profundidad del océano, un gran banco de
ballenas responde atraído hacia Pai y sus destinos compartidos. Cuando las
ballenas embarrancan en la arena de las playas, Koro se convence de que es una
señal del final apocalíptico de la tribu… pero una persona se pre-para para
hacer el gran sacrificio que salve a la gente de la aldea: el Jinete de
Ballenas.
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